El domingo volvía a vestirse de
verdiblanco, en un día que seguro no olvidará jamás, el Rifle Kevin. Queda en
el recuerdo aquel maldito 6 de Junio de 2017 y lo vivido en adelante hasta ayer,
y seguro solo piensa en lo que vivió el día de ayer en el Príncipe Felipe y en
lo que está por venirle en los próximos meses. Han pasado 266 días desde que se
lesionó del ligamento anterior cruzado, la peor de las lesiones que un jugador
puede tener y que acaba con la carrera de muchos otros, pero Kevin, con la
ayuda de todo el equipo, la afición y sobre todo su familia y su pareja, ha
dejado de lado la lesión y la ha superado con creces.
Han sido 8 largos meses, que se
vieron compensados el domingo cuando lo presentaba el speaker del club de sus amores,
cuando en el minuto 50 salía a calentar en el calentamiento más largo de su
vida, cuando en el minuto 75 del partido de ayer todo el Príncipe Felipe
coreaba su nombre pidiendo su entrada en el campo en una imagen jamás vista en
Cáceres (o al menos que yo recuerde), cuando en el minuto 80 el speaker decía
que entraba en el campo el Rifle Kevin y la gente se ponía en pie coreándole
mientras él tocaba el césped con las dos manos y se santiguaba mirando al
cielo, pero sobre todo cuando en el 85’ le llegaba un pase de la cabeza de su
amigo Elías que caía en su pie y empujaba a las redes marcando un gol que
tendrá grabado siempre en su cabeza y que verá una y otra vez durante un tiempo.
Las lágrimas que derramó después de ese momento fueron las de alegría, las de
haberle dicho adiós a aquella maldita lesión, las de muchos aficionados que se
emocionaron con él y se alegraron por lo que tanto se merecía, por los que
siempre estaban con él apoyándole y animándole, cada día, cada domingo,
sufriendo la lesión y recuperándose con él. Acabó celebrándolo abrazado a su
pareja (su principal apoyo) mientras ambos lloraban, se abrazó a su míster que
le dijo que tenía la corazonada de que marcaría en el primer partido que jugase
y así pasó, y fue dando la mano a todos los compañeros que minutos antes habían
hecho una piña en la celebración de su gol mientras escuchaba como la afición
cantaba su nombre.
Como él dijo en la rueda de prensa
posterior al partido claramente emocionado, el domingo fue “el día más feliz de mi
vida como futbolista” y dedicó el gol a sus padres, a su novia, a la afición,
al cuerpo técnico anterior y actual, a la directiva anterior y actual y a todos
los que le han apoyado durante estos largos meses. También dijo que se siente
un cacereño más y que le encantaría marcar el gol del ascenso además de
agradecer a la afición el apoyo y el recibimiento que le dieron el día de ayer,
y de decir que el Cacereño es el club más importante de su carrera. Desde
Orgullo Cacereño le deseamos lo mejor en lo que resta de temporada, le damos
las gracias por no rendirse nunca y por volver a vestir la elástica verdiblanca
que tan bien le sienta y estamos deseando cantar y celebrar sus goles. Kevin,
amigo, el fútbol te debe una y te la va a acabar dando. Como dijo el speaker
ayer… ¡Ha vuelto “El Rifle Kevin”!
Foto de @CPCacereno
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